martes, 3 de septiembre de 2013

Desearía que me escuchase más. Que me tuviera presente a la hora de tomar esas importantes decisiones. Que a la hora de pensar en hacer algo divertido, pensara en mi. Me gustaría que se plantease durante horas si saludarme o no. Que al pasar por aquel lugar que fue nuestro, sus labios formasen una pequeña sonrisa al recordarlo. También me gustaría que volviera a ser la primera y la última persona con la que hablase a lo largo del día, cómo antes.
Aún sonrío al recordar todos los momentos, las largas conversaciones, las caricias suaves, los dulces besos... Sé que tarde o temprano acabaré olvidando y aceptando que todo eso se ha acabado, pero de momento, me gustaría que los recuerdos de aquella noche se repitiesen una y otra vez en su cabeza. Que al cerrar los ojos volviese a notar ese primer beso, de la misma manera que yo.
Desearía que cada noche me extrañase entre sus sábanas, que le faltase mi calor y mi presencia. Y que se despertase cada día anhelando ese dulce beso de buenos días.

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