lunes, 17 de febrero de 2014

El amor es de los pocos sentimientos que tienen una doble cara, que tiene efectos secundarios.

El amor nos llena de felicidad y de alegría, nos hace sentirnos especiales. Hace que tengamos una sonrisa de idiotas en la cara durante todo momento. El amor nos llena el estómago de cosquilleos, de nervios. El amor nos completa, sin el amor, no seríamos seres humanos.

Pero el mismo amor que nos da la felicidad, nos la quita. Nos destroza el alma en miles de pedazos. Nos clava puñales llenos de mentiras y de lágrimas. Simplemente llega un momento en el que el amor, ese dulce amor que sentíamos, se convierte en dolor. Un dolor abrasador, un dolor que nos destroza por dentro hasta que ya no queda nada. El mismo dolor que hace que la vida ya no nos parezca tan bonita. Ese dolor que consigue que queramos desaparecer de la tierra para poder olvidar.
Y ese dolor, el que sentimos cuando se acaba el amor, ese, es el peor de todos.

Así que supongo sí, me enamoré una vez.
Lo único es que yo me quedé estancada en esa doble cara del amor, la del dolor.





jueves, 13 de febrero de 2014


He estado pensando mucho, le he dado muchas vueltas y he llegado a la conclusión de que ya no es suficiente. Ya nada es suficiente. No sé si me volví demasiado fría o si tengo el alma vacía. Pero desde hace un tiempo nada me llena, nada me alegra.

Me he convertido en el fantasma de un recuerdo que vaga cada madrugada. El fantasma de un ayer que jamás va a volver. El que se fue dejando mi vida pintada en gris. Y no un gris agradable, no, un gris tan oscuro que casi parece negro. Que casi te hunde el alma en un agujero a cada recuerdo.

Pero lo bueno del gris, es que en los días de lluvia duele menos. Y aquí últimamente llueve mucho, casi parece que el cielo se apiada de mi y de mi tono gris. Parece que quiera consolarme entre sus gotas de frío invierno mientras la contemplo desde el lúcido cristal de mi habitación.



lunes, 10 de febrero de 2014

¿Sabes que es lo más triste de todo? Que eras tú, en el fondo siempre fuiste tú.
Yo no me dí cuenta, o puede que no quisiera darme cuenta. Pero jamás supe ver lo que realmente significabas para mi. No quise darte algo que tú no ibas a saber devolverme. No podía arriesgarme a sentir algo por ti, simplemente no podía.

Ya fue demasiado duro ver que desaparecías sin apenas quererte, sin apenas ser nada. No habría podido soportar que me destrozases más el corazón. No soy tan fuerte cómo para soportar un golpe tan fuerte. No lo soy, ni lo seré.

Y en el fondo me da miedo depender tanto de alguien. Tanto cómo para ofrecerle la decisión de romperme a su antojo. Me da demasiado miedo, me aterra.


sábado, 8 de febrero de 2014

Recuerdo el momento exacto en el que me perdí a mi misma. El momento exacto en el que mi alma me abandonaba.

Fue aquel frío día de enero. Aquel día en el que tu recuerdo se me clavaba bien adentro.
No sé cómo llegué hasta allí, no cómo logré salir. Pero finalmente escapé, escapé del frío de mi pecho.

Al principio pensé que estaba al borde de un abismo lleno de inmensa oscuridad. Creí que nada podría salvarme de la caída que me esperaba. Que nada lograría sacarme de mi propia soledad. Pero al final, simplemente, sucedió. Lo logré. Escapé de la oscuridad y de la eterna soledad.

Y lo mejor de todo es que nadie vino a socorrerme, a salvarme. Fui mi propia socorrista, me salvé a mi misma. Me salvé de la eterna espera que tanto me desespera.

Me agarré al olvido de algo que ya no era mío. Soporté los fríos besos que me proporcionaban tu recuerdo. Durante días, durante meses, durante miles de lágrimas que no iban a ninguna parte y que a la vez viajaban más que yo.

Soporté durante mucho tiempo al eco de tu recuerdo. Diciéndome que me echaba de menos a la vez que me alejaba de él. Diciéndome todas las mentiras que luego, yo me creía.  


sábado, 1 de febrero de 2014


Espero que sepas que para mi has sido alguien muy importante. 

Fuiste la primera persona en hacerme sentir especial. 
Fuiste la primera persona en tocarme y hundirme el alma. 
Fuiste la primera persona que de verdad me rompió el corazón. 
Fuiste la única que consiguió romper mis barreras y dejar fuera mis miedos. 
Fuiste la primera en hacerme ver que nada es para siempre, que nada dura eternamente. 
Fuiste la única persona a la que besaba como si no hubiera un mañana. 
Fuiste la única a la que le pertenecía esa parte de mi alma. 
Fuiste la primera y la última que vivió entre el recuerdo de aquella noche entre sábanas.
Fuiste la última persona en hacerme feliz.

Solo quería que lo supieras


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