miércoles, 22 de enero de 2014

¿Qué me hace falta?

Me hace falta echar la vista al pasado sin echarlo de menos. 
Me hace falta tenerte y no necesitarte.
Me hace falta escuchar y no sentir el eco de tu voz.
Me hace falta saber que el futuro será mejor.
Me hace falta escuchar todas esas palabras que no salieron de ti.
Me hace falta escribir y que no sea por ti.
Me hace falta borrar de mi piel todo aquellos besos que me diste una vez.
Me hace falta sonreír más y extrañarte menos.
Me hace falta leer libros y no buscarte en cada historia.
Me hace falta escuchar canciones que no me hablen de ti.
Me hace falta pasar por aquel lugar sin recordar.
Me hace falta besar y no anhelar tus labios.
Me hace falta decir tantas cosas que siempre se atascan en mi garganta. 
Me hace falta acariciar un cuello que no tenga tu sofocante calor.
Me hace falta reír a carcajadas con alguien que quiera reír.                               
Me hace falta todo y a la vez no necesito nada.
                                                                                                                                           
Y es que en el fondo, me haces falta tú ya no me haces falta.



domingo, 19 de enero de 2014

Todo iba perfecto y entonces apareció ella. Apareció la mentira, en sus altos tacones, pisoteando mi alma. Cómo si no importase, cómo si no doliese. 

Lo primero que pensé al verla fue que era una ilusión, no quise creer que era ella. Pero, al cabo del tiempo me di de bruces contra ella. Y ahí fue cuando empezó el final de mi historia. 

Intenté olvidarla y seguir adelante, pero ambas sabíamos que eso no iba a ser posible. Ella me seguía a todos lados con suma fidelidad, jamás dejaba que me olvidase de ella. Ella quería matarme lentamente en la agonía. Y ambas sabíamos que poco a poco, lo iba a conseguir.

Su presencia me hacía cada vez más y más daño. El recuerdo de la primera vez que nos conocimos cada vez quedaba más lejano. Pero aún así, a mi me parecía que la acababa de conocer. Nunca conseguí acostumbrarme a ella, aún no lo he conseguido. 

Y aquí seguimos las dos, la mentira y yo, conviviendo en esta soledad en la que nos dejaste. Intentando sobrellevar el frío invierno a base de miradas y de recuerdos.




miércoles, 15 de enero de 2014

¿Y qué pasa si tal vez solo somos el eco de una voz del pasado? Puede que simplemente seamos el recuerdo de una vida que ya pasó. El murmuro de una dulce voz que cantaba al sol una bonita canción de amor. O puede que solo seamos el goteo de una cascada de sueños que se quedaron sin cumplir, que ya no podrán vivir. Quizás nos quedamos en la suave brisa de una cálida tarde de verano junto a la piscina de la vida.

Quién sabe, a lo mejor no somos nada y nos pasamos la vida anhelando recuerdos que no son nuestros. Echando de menos palabras que jamás fueron escritas o pronunciadas. Esperando oír el eco de un corazón al quebrarse. El sonido de un alma deshaciéndose en gritos desesperados. La tristeza en el rostro de una belleza envejecida. Las caricias entre unas sábanas que ya no arropan nada. Simplemente, viviendo el silencio de una vida, a la que no se le puede llamar vida.



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