viernes, 6 de septiembre de 2013

Hoy me siento bien. Es el primer día en mucho tiempo en el que no hay rastro de tristeza en mis ojos. En el que en mi garganta no hay cientos de nudos ahogados. El primer día que soy capaz de sonreír con la simple tontería de mirar al techo. ¿Y queréis saber que es lo mejor de todo? Que esta sonrisa, este brillo en los ojos, es gracias a mi. No sonrío por nadie, ni por nada en especial.  Necesitaba dejar todas las mierdas del pasado atrás, aunque fuese por un día. Me hacía falta sonreír un poco y mandarle un gran que te jodan a la vida. Dejarle claro que, aunque sólo sea por hoy, mando yo. Y voy a ser feliz y a sonreír.
Simplemente por mi, porque me apetecía. Por que me daba la gana. Porque nadie se merece que desaproveche mi sonrisa con él. Pero sobre todo, porque me he cansado de tener los ojos llenos de esa tristeza. Hoy, van a brillar casi tanto como las estrellas.

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